11.6.06
ENGANCHADOS A LAS VIDAS DE OTROS
Las ven a su hora, se las graban, se las bajan de internet, las compran, participan en foros ad hoc... Su ocio gira en torno a las series de televisión, el formato que le está dando un baño al cine
Un domingo cualquiera. Juan Carlos y Montse están en el cuarto de estar de su casa, ella comiendo mientras ve una serie, él viendo una serie mientras come. Se va la luz. Juan Carlos se queda unos segundos en trance y, de repente, sale disparado. Al rato aparece con una televisión portátil, de ésas que van a pilas. «¡Menos mal que la tenía aquí, y no en casa de mis padres!», exclama triunfante. La pone encima de la mesa, sintoniza el canal en cuestión y continúa comiendo, con un brazo en alto para que la antena capte bien la señal. El apagón se prolonga y Montse empieza a preocuparse por la comida del congelador. Al acabar la serie, su marido llama a la compañía eléctrica, indignado porque la pérdida de fluido le está ocasionando «un gravísimo perjuicio». Cuelga, mete el receptor TDT en una bolsa y enfila la puerta para ir a casa de sus suegros a continuar con la sesión televisiva. Entonces, vuelve la luz. Vuelve la alegría. «No puedo competir con este vicio», confiesa Montse resignada. «Así que me he acostumbrado a desayunar, comer y cenar viendo asesinatos y autopsias, porque sus historias favoritas son un poco violentas». Tres vídeos funcionando a pleno rendimiento, «deberes» que se acumulan los fines de semana, horas robadas al sueño...
No es un caso aislado. Ni es, desde luego, el más extremo. Manuel Martínez Velasco, director de televisión y serieadicto confeso, cuenta la anécdota de un amigo que, los días que ponen «Perdidos» en Estados Unidos, se queda en vela hasta las cinco de la mañana esperando a que alguien grabe el capítulo y lo cuelgue en la red. Aún tarda un hora en bajárselo, pero la espera merece la pena: de madrugada se mete en vena la nueva entrega de las andanzas de estos náufragos postmodernos.
Series ha habido siempre, algunas legendarias —¿quién no recuerda «Yo, Claudio», «Retorno a Brideshead» o «Raíces»?—. Pero ahora es la apoteosis. Enganchados a las vidas de otros, los «frikis» están en su mejor momento de la historia: nunca ha habido tantas tentaciones. Es como si a un goloso impenitente le ofrecieran un Everest de chocolate. La avalancha llega, fundamentalmente, de Estados Unidos, donde la adicción es ya una religión; pero el filón ha sido explotado con productos patrios que, como «Los Serrano», «Aquí no hay quien viva» o «Cuéntame cómo pasó», han cosechado un gran éxito.
«La televisión le está dando un baño al cine», señala Martínez Velasco. «Las series norteamericanas tienen mejor factura que la mayoría de las películas; las productoras tiran la casa por la ventana con el arranque y la conclusión de la temporada, y vemos pequeñas obras maestras». Cita «Los Soprano» —imprescindible—, «Perdidos» —su favorita—, «House» —la revelación del curso— o «Arrested development» —para algunos la mejor serie cómica de todos los tiempos, aún por estrenar en abierto en España—. «En fin, hay cientos, miles. Las que funcionan se quedan con nosotros varios años. Las que no, son sustituidas por otras. Y siempre nos queda el recurso de la nostalgia». En www.tv.com uno puede seguir el rastro de la serie más extravagante de su infancia; y, por supuesto, de absolutamente todas las demás.
Los tradicionales fans armados de vídeos están en peligro de extinción. La nueva estirpe es más impaciente y sofisticada, e internet es su medio natural. No sólo para los foros y los blogs (hay miles de ellos, generalistas y por series concretas, donde se disecciona cada guión, cada personaje... porque Grissom, Jack Bauer y el doctor House ya son como de la familia), sino, fundamentalmente, para descargarse material. Se puede hacer de forma legal, por ejemplo en iTunes, a un dólar por capítulo, o en plan pirata cibernético en eMule u otras páginas de dirección inconfesable («para que no las eliminen», dicen los usuarios).
Laura es una serieadicta de manual. «Me apasionan las series americanas, no tanto la televisión, y no puedo esperar. Así que me las bajo de internet o las compro en Amazon mucho antes de que aterricen en nuestro país». Busca pistas en webs como www.televisionwithoutpity.com , y actúa en consecuencia. «“Prison Break” es la más espectacular que me he bajado este año del eMule; creo que La Sexta ha anunciado su interés por comprarla. También estoy enganchada a “Arrested development”, la comedia definitiva. ¿Elegir un título? No creo que pudiera. Bueno, soy bastante fan de “Buffy cazavampiros”. Otra de mis referencias es “Padre de familia”, que es como “Los Simpson”, pero brutal. Fue cancelada en 2002 y estuvo durante dieciocho semanas en el número uno de ventas de DVD en Estados Unidos, así que “resucitó” por aclamación popular en 2005. Además, a su autor, Seth MacFarlane, le encargaron un nuevo producto, “Padre made in USA”».
Da la impresión de que estos tipos podrían escribir una tesis sobre sus series favoritas. O hablar de ellas hasta el día del juicio final. La conclusión común podría ser algo parecido a esto: el cine está acabado, sobre todo en el «imperio», pero las minipelículas fabricadas para la tele son irresistibles. Y queremos más.
House, el doctor irreverente que enamora
«Ramona, qué picarona —dice el doctor a una anciana a la que realiza un examen vaginal—. O se ha echado un novio de 19 años o uno de 80 que toma pastillitas azules». Cuenta la leyenda que Bryan Singer, productor de «House», aún espera la llamada de Fox —cadena por antonomasia de las series, de tendencia más bien conservadora— para que pare la hemorragia de transgresión e ironía de su criatura. También que el director, en el «casting» previo, aburrido de ver candidatos, exclamó «¡por fin un buen actor americano!» cuando dio el visto bueno a Hugh Laurie (inglés de Oxford, para más señas). «Dice cosas que ya me gustaría soltar a mí en otras situaciones». «Sus gestos, su forma de ver las cosas, su inteligencia... ¡es genial el tío!». Los comentarios son de un foro de fans, que pueden votar las mejores frases del irreverente facultativo en www.cuatro.com/house.
(Publicado en ABC el 11-6-2006)
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